Recuerdo lo ya recordado tantas veces: estaba grabando en mi estudio a un evangelista de gran testimonio: Un hombre que Dios sacó del mundo terrible de las cárceles. Estuvo preso en todas las cárceles de Venezuela. Apenas nos estábamos conociendo. Mientras editaba, se sentó a un lado. No recuerdo exactamente lo que empecé a hablar pero era algo cuestionando las costumbres de las iglesias de hoy y los líderes en el mundo. Por un momento pensé que no le gustaría lo que yo hablaba. En eso es Espíritu Santo lo tomó. Cerró sus ojos con fuerza y comenzó a hablar con mucha energía en otras lenguas. No es que entendía exactamente lo que decía pero puedo decir que sentía lo que estaba diciendo: "No temas.Habla sin miedo que Yo estoy contigo" Al terminar me toca y me dice: "Así te dice el Señor: "No temas.Habla sin miedo que Yo estoy contigo". Para ti. Jeremías 1 y Ezequiel 2.
Le dije: ¿Sabe? Dios me ha mostrado eso por varias personas. Lo que siguió diciendo me sorprendió sobremanera:
"Ah y tú no necesitas hablar en lenguas porque tienes que hablar claro..."
¡Increíble: este hombre no sabía que el día anterior, rostro en tierra estuve pidiendo al Señor la experiencia de hablar en lenguas!
mucho tiempo después estuve leyendo lo que claramente dice la Palabra acerca de la importancia para la iglesia del profetizar y que es una forma de recibir el bautismo del Espíritu Santo:
Hechos 19:6
Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
Además, entendía por la Palabra lo dicho por Pablo acerca de la edificación y exhortación de la iglesia mediante la clara y contundente profecía o mensajes de Dios. Me he dado cuenta de que si Dios se molesta conmigo, no será porque diga algo sino porque deje de decirlo.¡ Me ha pasado cada cosa acerca de confirmaciones de Dios!.
Es que en medio de tantos profetas sinvergüenzas que han vendido sus mensajes ante las buenas ofrendas, hace falta que se desplacen los balaames y surjan los Jeremías, Ezequieles; Isaias y Zacarías que muestren al mundo evangélico que mientras unos ven un mundo que crece en bienestar y paz, otro paralelo es respaldado por la Biblia con catástrofes y juicios ante un mundo agonizante.