Quién eres tú? Oh, Dios misterioso
que sin haberte yo conocido
me has traído con amor a Tu regazo,
sin haber hablado palabra, sin haber escogido.
Mi alma sigue cautiva en la ignorancia,
en qué movió ese corazón tan grande,
a derramar en un pecador Tu Sublime Gracia
y salvar mi vida del fuego eterno, de la llama ardiente.
Congojas aquejan a mi alma al pensar
de que, siendo Tu Eterno, decidiste hacerte mortal,
a cambio de Tu Trono, en la cruz fuiste a dar,
por rescate de mi vida, en victoria Total.
Mas ahora se goza mi vida, mi lengua te alaba,
en que hoara puedo verte, sin miedo a nada,
siendo que la Gloria que al antes verla, destrozaba
resplandece en Tu Hijo, y mi vida a Su Imagen es cambiada.
Asido ahora de Tu Gloriosa mano,
mi alma descansa en Tu Palabra
sabiendoq ue Tu dolor, en mí no fue en vano
espero ahora tu regreso, y contemplar Tu mirada.
¡Déjame verte, Oh Jesucristo! Rey mío, amor de mi alma
haz de mi vida Alabanza a tí y de mi corazón, Tu asiento
pues ahora soy llevado por tu Espíritu, de gloria en Gloria
y Tu Gracia me cambió, siendo por Tu Sangre, a tus ojos, perfecto...