Si, soy profeta de Dios, ¿Y?

He analizado este asunto en la carne, pero Dios una vez me hizo dar un paso porque me rodeaban las preguntas de personas que estaba ministrando, así que sentí la unción de Dios y me moví a decir: Soy profeta.

Hace poco un hermano a quien no veo hace años me llamó por teléfono sólo para contarme una inquietud que Dios le había puesto acerca de mi ministerio, y me preguntaba y preguntaba, ¿cuál de los 5 ministerios que Dios puso para edificación de la Iglesia crees tú que Dios te está llamando?

Al no poder mentir ni huir por la derecha con un juego de palabras, le tuve que decir que profeta, entonces él dijo que también lo sentía así y con seguridad, como recibiendo la confirmación de Dios, me profetizó algunas cosas.

Entonces veo que es de Dios esto de no ocultar el ministerio que Dios me ha dado, al fin y al cabo no es esa la actitud que vemos en el antiguo testamento.

Claro que el extremo de ir con tarjetas de presentación, o autoanunciarse profeta por cualquier cosa y por nada, no se debe.

Pero básicamente siempre he vivido en el extremo de ocultar mi ministerio y en tal sentido actuar simulando inseguridad para emular una humildad que no debe mostrarse así. Elías no decía: "Rey, tengo una inquietud, yo creo, es mi opinión, que su señora esposa se le ha pasado la mano con eso de matar a los profetas de Dios, no me mire a mí, no digo que soy profeta, sólo que me parece, que Dios no va a dar lluvia, según mi palabra. Pero bueno, lo someto a su opinión y me dice qué le parece".

Al fin y al cabo no se trata de uno, Dios no nos da profecía para recomendarnos a los hermanos, lo da por el bien de ellos, ¿qué un profeta no es un repetidor de lo que simplemente ha oído o le ha sido revelado de parte de Dios?

¿Qué gloria tiene entonces el profeta decir algo que no es propio?

Ninguna. Luego no hay que temer por perder unas cuantas unidades de humildad por decir lo que Dios nos ha dado.

¿Es así?

Amén es así.