Sin duda, Dios tiene sentido del humor.
Ayer en la madrugada mi mamá me despertó porque tenía la boca hinchada por una intoxicación. Le daba miedo así que le dije que se tranquilizara y no se preocupara tanto, porque el que se iba a morir porque le tocaba, se moría.
Hubiese sido bueno que alguien me abofeteara en ese momento, pues es una mala declaración, por esto:
Prov 18:21 La muerte y la vida están en poder de la lengua, y quien la ama comerá de sus frutos.
Bueno al dormirme soñé como si estuviésemos despiertos hace minutos, y alguien entra a la casa (planta baja) y mi mamá dice que es mi papá, entonces me quedo pensando: Un momento, mi papá ya no está en este mundo. Por curiosidad pregunto: ¿Quién está allá abajo?
La voz que me contestó me hizo vibrar todo el cuerpo, ya he hablado con ese ser antes en un sueño, era el ángel de la muerte, un ser en cuya presencia no puede uno permanecer parado con facilidad, y que cuando habla te retumba en todo el cuerpo. Me quedé como en shock. El ángel preguntó: ¿Se encuentra fulana de tal? (no recuerdo el nombre); contesté que no. Entonces el ángel contestó que venía a buscar a mi mamá.
Comienza la discusión: Lo detengo a subir y le digo que mi mamá no se va a morir, que Dios va a aumentar sus días como dice el salmo 91.
El ángel me contradice pero no lo dejo hablar, insisto nuevamente con la palabra de Dios: Porque por Sus llagas hemos sido curados.
El ángel, molesto, empieza a hablar con Dios preguntándole a quién se lleva, si a mi mamá o a mí.
Me molesto más y declaro: Mi mamá vivirá con salud del Reino y plaga no tocará esta morada. Vete de aquí. El ángel, como frustrado, se quedó cayado y me desperté.
Pensando, recordé que declaré algo malo, me arrepentí y declaré sanidad sobre mi mamá y sobre mi.
Las últimas 4 semanas en mi iglesia se nos ha insistido muchísimo en esto de declarar, hay un versículo muy crítico en esto:
Stgo 1:26 Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana
Dios mío, refrena mi lengua, ponle una cuerda y muévela tú Señor.