Bueno cuando uno llega a los caminos del Señor empieza a soñar con un montón de cosas, muchos quieren ser músicos, otros pastores, etc, etc.
Lo que veo es que a la larga vamos cambiando de sueños y dejando de lado aquellos que nos encendían de alegría y nos hacían desvelar pensando en ello.
Quisiera compartir algunos sueños que he dejado atrás y leer sus primeros anhelos y saber, si esos impulsos están cargados de buena voluntad de Dios o son sólo los primeros pasos de un nuevo creyente y, ¿Qué pasa a la larga con esos sueños?
Al aceptar al Señor quise ser rico y buscaba en la biblia toda palabra que se relacionara con ganar dinero (y eso que no veía Enlace XD); colocaba versículos bíblicos en las paredes de mi cuarto, los anotaba en mi cuaderno de escuela... casi obsesivo. Pero una hermana en Cristo me hizo ver que si Dios quería amén, pero que lo buscara primero a Él. Bueno igual quiero ser rico pero no me apasiona ni trabajo forzadamente para ello.
También quise ser predicador misionero y hasta pensé dejar los estudios, pero el Señor me haló las orejas suavemente y cuadró las circunstancias como si a través de ello me dijera: Estate quieto. A la larga comprendí que Dios quería que estudiara y aún a veces de la presencia de Dios salgo con ganas de estudiar.
Una vez por error malinterpretando un sueño pensé que sería pastor, no me hice mucha ilusión y a la larga terminé horrorizándome, pero después supe que estaba mal mi percepción. Pero ello cambió mucho mi plan de vida por ese tiempo.
Ahora sólo sueño con volar a Norteamérica, tener una casa grande para invitar a mi familia y sembrar un pino en el jardín. Pero en las cosas del Señor, no hay un sueño claro, la verdad antes estaba más claro que ahora en lo que quería; quiero más una vida de anonimato siendo oveja que va a la iglesia, ayuda al huérfano, participa en un ministerio semanal y trabaja asalariado.
Y bueno eso me decepciona. Como no hay nada más engañoso que el corazón del hombre, pues no me fio de ninguno de estos impulsos, pues en sí se contradicen uno con otro y no me hallo un futuro ni remotamente claro de mi vida con el Señor.
Debí haberlo puesto en reflexiones pero me parece que todos pasamos por esa etapa en la juventud.
Dios los bendiga y agradeceré sus aportes.