Prophecy Place (El lugar de la Profecía)
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 ¿Un gran hombre de Dios, o la grande gracia de Dios sobre un hombre?

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carloschop
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MensajeTema: ¿Un gran hombre de Dios, o la grande gracia de Dios sobre un hombre?   ¿Un gran hombre de Dios, o la grande gracia de Dios sobre un hombre? Icon_minitimeMiér Abr 20, 2011 2:51 am



Simon Pedro



¿Esperamos que los siervos poderosamente usados por el Señor o puestos por autoridad sean hombres disciplinados desde siempre, apartados del mal y del engaño, irreprochables en todos sus caminos, y que precisamente por esas cualidades Dios los tomó para ponerlos por principales en la Iglesia?


No, nunca jamás.


Pedro nunca fue nada de eso. Un recuento de los pasajes más importantes en la vida de Pedro durante la Escuela de su ministerio:

Pedro, el no muy buen administrador


Mateo 4:18 Pasando Jesús junto al Mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, que echaban la red en el mar, porque eran pescadores.

Era un simple pescador, sin estudios, sólo los que se enseñaban a los judíos en las sinagogas desde pequeños; en la época de la Palestina neotestamentaria, eran pocas las posesiones materiales de un pescador. Estaba sólo ligeramente por encima de los siervos en cuanto a rango social.


Pedro, el pecador


Mateo, Marcos y Juan no detallan la conversión de Pedro, pero Lucas 5 sí:

Estaba Pedro lavando sus redes, con su barca cerca de la orilla. Luego pasa un hombre, que Pedro no conocía, puesto que Lucas 5:10 y Mateo 4:19 afirman que esa era la primera vez que Pedro veía al Señor.

Entonces el Señor se sienta sin permiso en la barca de Pedro y de paso le pide que la empuje un poco hacia adentro del mar, para predicar sin que la gente se le amontonara.

Pedro hizo todo lo que se le mandó.

Al final de la prédica, el Señor le dice a Pedro:

Lucas 5: 4...Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
5 Respondiendo Simón, le dijo:
--Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; pero en tu palabra echaré la red.
6 Cuando lo hicieron, recogieron tal cantidad de peces que su red se rompía. 7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que acudieran a ayudarlos. Ellos vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo:
--Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
9 Por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él y de todos los que estaban con él


La manifestación del poder de Dios trajo arrepentimiento a Pedro, el ya estaba consciente del pecado pues Juan y el Señor Jesús empezaron el ministerio con la palabra "Arrepentíos", pero la manifestación le dió credibilidad al mensaje.

El Señor Jesús no desechó a Pedro por sus pecados.

Sino todo lo contrario. Muchos hombres habían allí. pero fue a Pedro (En Lucas fue personal, en Mateo fue también dirigido a su hermano Andrés) a quien se le dijo:

Lucas 5:10 ...No temas; desde ahora serás pescador de hombres.


El Señor le dió el ministerio después de su confesión como pecador. Vemos que, cuales fueran los pecados de Pedro, no fueron obstáculos para su llamado.



Pedro, el hombre de poca fe


La fe es don de Dios, Pedro fue llamado a servir con gran fe:

Marcos 3: 14 Designó entonces a doce para que estuvieran con él, para enviarlos a predicar 15 y que tuvieran autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: 16 a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro...


Es por ello que el permanecer tanto tiempo en la presencia del Señor, generara un fruto de fe como este:

Mateo 14:25 Pero a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar.
28 Entonces le respondió Pedro, y dijo:
--Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
29 Y él dijo:
--Ven.
Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.

El problema es que Pedro no tenía disciplinada su conducta, dejó de ver al Señor, Autor de la fe, y vio a sus circunstancias físicas:

30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:
--¡Señor, sálvame!


¡Señor, sálvame! Nuevamente Pedro clamó al Señor por su error, el Señor no le desechó:

31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo

...y le dijo:
--¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

Pedro no era un hombre de gran fe, como para que podamos decir: Dios lo llamó por su gran fe.


Pedro, el usado por el Diablo


Mateo 16:21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho a manos de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirlo, diciendo:
--Señor, ten compasión de ti mismo. ¡En ninguna manera esto te acontezca!
23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro:
--¡Quítate de delante de mí, Satanás!
Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.


Eso no fue una reprensión normal. Pedro estaba hablando por Satanás. Esto es posible aún cuando un creyente tiene el Espíritu Santo por haber nacido de nuevo. Nuestros pecados nos hacen esclavos del pecado, y esa liberación es un proceso lento, mientras más tiempo pasemos con el Señor, mayor será la liberación, pero de vez en cuando la iniquidad sacará sus frutos y permitirá se cuelen amarguras, mentiras y malas obras en general hasta que Cristo domine esa área en nuestro ser que había permanecido en tinieblas.


Pedro era un hombre que ponía sus ojos en las cosas carnales, otra vez, como en el mar y la tormenta.


Pedro, el hombre de poco entendimiento

El Señor es juzgado porque sus discípulos no se lavan las manos antes de comer conforme al rito de los fariseos. El Señor les habla en una parábola sencilla a toda la multitud presente. Sin embargo...

Marcos 7:17 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. 18 Él les dijo:
--¿También vosotros estáis así, sin entendimiento?

Pedro no era un hombre de gran entendimiento.


Pedro, el hombre que no oraba


El Señor les anuncia que va a ser entregado pronto, les lleva a un lugar apartado y les pide que oren y velen (no duerman).

Mateo 26:40 Volvió luego a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: --¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?

El Señor vio a todos los discípulos (11, pues Judas no estaba allí) durmiendo, pero reprendió fue a Pedro, esto dice que el Señor esperaba más de él, y él no daba lo que se le exigía.

Pedro tampoco era un gran orador.


Pedro, el hombre violento


Lucas 22:36 Y les dijo:
--Pues ahora el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una...
38 Entonces ellos dijeron:
--Señor, aquí hay dos espadas.

(Una era de Pedro, el Señor no se refería a ese tipo de espadas ni la función que le darían esa misma noche)

Llegando luego los que apresarían al Señor Jesús:

Lucas 22: 49 Cuando los que estaban con él se dieron cuenta de lo que había de acontecer, le dijeron:
--Señor, ¿heriremos a espada?

Juan 18:11 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, hirió al siervo del Sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. 12 Jesús entonces dijo a Pedro: --Mete tu espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?


Pedro no tenía un amor desbordante por las almas perdidas, ni dominio propio.


Pedro, el hombre que negó a Jesús ¡3 veces!


Es increíble que el hombre que dijo:

Mateo 16:16... Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente

Y a quien Dios dijo:

Mateo 16:18 Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no la dominarán.

Quien además le dijo al Señor Jesús:

Mateo 19:27 Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.

Mateo 26:23 Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.

Mateo 26:35 Aunque tenga que morir contigo, no te negaré


Este hombre, lo negó 3 veces:

Mateo 26: 69 Estando Pedro sentado fuera, en el patio, se le acercó una criada y le dijo:
--Tú también estabas con Jesús, el galileo.
70 Pero él negó delante de todos, diciendo:
--No sé lo que dices.
71 Saliendo él a la puerta, lo vio otra y dijo a los que estaban allí:
--También este estaba con Jesús, el nazareno.
72 Pero él negó otra vez con juramento:
--¡No conozco al hombre!

73 Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro:
--Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre.
74 Entonces él comenzó a maldecir y a jurar:
--¡No conozco al hombre!


Creo que el punto se entiende.


Pedro no era merecedor de ser llamado Apóstol, ni mucho menos ser la Roca de la Iglesia de Cristo, es decir, el principal fundamento doctrinal de toda la historia y apoyo espiritual para todos los creyentes que vivían en esa época. Aún más, Pedro fue el primer pastor de la Iglesia:

Juan 21: --Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?
Le respondió:
--Sí, Señor; tú sabes que te quiero.
Él le dijo:
--Apacienta mis corderos.
16 Volvió a decirle la segunda vez:
--Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?
Pedro le respondió:
--Sí, Señor; tú sabes que te quiero.
Le dijo:
--Pastorea mis ovejas.
17 Le dijo la tercera vez:
--Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres?
Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: «¿Me quieres?», y le respondió:
--Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
--Apacienta mis ovejas.

¿Cómo este hombre pudo ser llamado a ser piedra de la Iglesia de Jesucristo, apóstol y de paso pastor?


La respuesta está en un "No temas"

Lucas 5:10 ...No temas; desde ahora serás...

¿Por qué no temer?

Pues el temor al cómo se disipa con Jesús.


Al estar permanentemente con el Señor, Pedro:

-Se convenció de pecado y se arrepintió
-Aprendió que no se hundiría mientras no dejara de ver al Señor
-Si tropezaba o se empezaba a hundir, Él lo salvaría, nunca lo dejaría.
-Fue libre del tropiezo de Satanás para poner los ojos en las cosas de Dios
-Recibió entendimiento muchas veces de parábolas, vio cientos de milagros y sanidades
-Recibió autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermos, hasta aprendió las claves para ganar autoridad sobre géneros fuertes de demonios.
-Aprendió que no velar y orar podía hacer que la débil carne se opusiera finalmente a su fuerte deseo y predisposición de servir al Señor. Sería una vida de oración (Como lo demuestra Hechos 6:4) lo que prepararía su vida y ministerio para rendirse totalmente a Él, incluso hasta morir por Él.
-Pedro más nunca negaría al Señor, su arrepentimiento fue genuino, y el perdón del Señor trajo restauración junto con la entrega de una responsabilidad pastoral (Porque Pedro negó 3 veces al Señor, y el Señor le hizo decir 3 veces que lo amaba, por cada vez, le entregaba el ministerio).


Como dice el Señor Jesús:

Lucas 7:47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; pero aquel a quien se le perdona poco, poco ama.


Amar al Señor, confiar en Su gracia, permanecer mucho tiempo con Él, nunca apartarse, si nos equivocamos, pedir perdón y volver a Él, Él no desecha a quien se le acerca, sino que le recibe.

Pedro fue el hombre que salía corriendo cuando veía al Señor, que de primero se animaba al decir: ¡Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente! Que se arrodillaba delante de Él confesando sus pecados aún con una multitud alrededor.

Definitivamente, Pedro fue un hombre grandemente bendecido por Dios, porque conoció Su gracia y Su amor.

Si alguien ama, es porque le ha conocido.

Pedro amó al Señor y no se apartó de Él, cuando lo negó se arrepintió. Dios lo amó y lo puso como la roca, le confió la llave de los cielos, le dió autoridad para atar y desatar tanto el plano físico como en el espiritual, le dió grandes señales y prodigios a través de sus prédicas (Hechos 5:15).

Todo eso, por Su gran amor y compasión. Dios se pudo glorificar en Pedro, Pedro le entregó su vida así como estaba, con sus muchos defectos, y lo dejó todo, aún su gran pesca milagrosa la dejó allí en la orilla para seguirlo (Lucas 5:11). Eso era todo lo que Él necesitaba para obrar por Pedro.


Señor Jesús, haznos como Pedro, si en Tu gracia te place hacerlo con nosotros. Amén
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