Voz en el desierto Administrador
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| Tema: ...veo los huesos de Bolívar Mar Jul 20, 2010 7:00 pm | |
| Vino a mí palabra del Señor: Hijo de hombre ¿Qué ves? Veo los huesos de Simón Bolívar, recién exhumados. Escribe:
Así como esos huesos estarán dentro de 50 u 80 años quienes están leyendo ahora y lo estará quien ordenó exhumarlos, pese al poderío que ahora mantiene y quien exclamó al ver estos restos: “Ahí está Bolívar vivo, más que un esqueleto. No es un esqueleto, es el gran Bolívar, que ha vuelto. Ahí está lanzando su rayo sobre un pueblo que lo amará para siempre”
Está muerto y sólo huesos son sus restos. ¿De qué vale la soberbia de los hombres si la tumba inerte les desnuda de todo, al comerse sus carnes y vestiduras los gusanos? Despertará con los huesos el hombre y su soberbia a la orden del que vive por los siglos y finalmente segará cada uno su siembra.
¡Recapacita!. Tú que hablas y haces lucir tu orgullo ante los demás con la intención que Dios y tu corazón conocen y que tu adversario de ideas decodifica. Limpia tu corazón, despéjalo de la altivez que no deja crecer el trigo que es el verbo de Dios y siembra en tu propia tierra la santidad y la sensillez de espíritu sin lo cual nadie verá al Señor.
Analice cada uno sus propios pensamientos, que no el ojo ajeno tras la apariencia de lo visto o lo leído será el aval para aprobar estar en el Reino; será tu propia conciencia y el ojo del que todo lo ve, quien dirá: Entra al gozo de tu Señor o contrario a esto: Apártate de mí, nunca os conocí.
Que tu coterráneo sea tu prójimo y halle en ti una expresión de amor y humildad que son las armas más poderosas para vencer el mal y alcanzar la gracia del Altísimo.
Tu lengua que ahora mueves para bendecir o maldecir habla por los músculos y el complejo sistema que sobre tu propio esqueleto puedes activar desde el asiento de tu alma. Soy yo, dice el Señor, quien diseñó y creó todo eso y te lo dí en mayordomía. Tus pies que puedes accionar y ni siquiera te detienes a darme gracias por ellos, puedes moverlos porque mi orden fue dada y de la misma tierra hice carne y sangre y le soplé de mi aliento para que vivieran. Anda en mis pasos antes que la vitalidad decrezca con el paso de los segundos que has de estar en esta tierra. ¿Entiende alguno esta Palabra que inspiré en una vida que vivió y también murió?: Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón. (Eclesiastés 7:2) | |
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