He aqui vino a mi el Sumo Sacerdote y me dijo
Ven, vamos a Laodicea, he aqui, me disfrazare como un mendigo, para que no nos reconozcan
Fuimos primeramente a las aldeas y villas, me sorprendio ver miles de gentes abandonadas, sin que comer, observe miles de fosas, en las cuales estaban llenos de presos, vi tambien miles de oprimidos y escondidos en cuevas, sin que nadie se cuidara de ellos.
Le pregunte a uno
¿ Como te llamas ?
Mi nombre es Zaqueo
¿ Por que vives aqui?
Prefiero vivir aqui. de vez en cuando se aparece uno que otro por aqui, nos dicen que que el Sumo Sacerdote nos ama, sin embargo ellos estan llenos de odio, entre ellos se pelean, y se matan, jamas han libertado a un preso, ni vendado alguna herida, en las calles se ha derramado sangre
Posteriormente llegamos a la ciudad, observe grandes muros alrededor. Nos metimos por una pequeña brecha, me sorprendio ver el contraste, era extremadamente rica. Observe un templo a la mitad de la ciudad.
Vi al pueblo de filadelfia, vestidos de purpura y lino fino, con grandes joyas.
Entramos al templo, era muy grande, llena de oro.
En el altar, observe a Dagon, muchos metian dinero en el arca, con el fin de que Dagon los bendiciera.
Observe las paredes habia pinturas de ranas, reptiles y serpientes.
Posteriormente observe a una profetisa, llamada Jezabel, la cual bailo durante horas
Observe muchos regocijandose
Llego uno a nosotros y me dijo
-Despide a tu amigo, pues anda andrajoso.
Llegada la noche, observe como todos se mataban entre si, observe mucha sangre derramada.
De sus bocas salian saetas agudas que mataban al que estaba a su lado
En sus casas tenian un pequeño idolo, llamado mamon. Todos se arrollidaban ante el idolo.
En el centro de la ciudad observe un becerro de oro, todos cantaban, se embriagaban y fornicaban alrededor del becerro
Me asombre demasiado y dije,
-En verdad este es el pueblo de Filadelfia
El Sumo Sacerdote me dijo
-Si, asi es.
Sin embargo, hay un pequeño remanente, el cual es fiel, estos seran guerreros valientes y predicaran con poder a los que estan en las aldeas y villas, estos daran libertad a los oprimidos, predicaran con poder las Buenas Nuevas, entonces el Evangelio sera predicado a todas las naciones, entoces vendra el fin.
Sin embargo algunos de Laodicea los entragaran a los concilios para que se les muerte a este remenente.
Es necesario pues enviar profetas, para que que viendo, no vean, y oyendo no oigan, y entiendan de corazon, y se coviertan, y yo los sane