- Voz en el desierto escribió:
- En verdad lamento cualquiera de las situaciones que se han presentado en el foro. Dios sabe que me duelen y que hubiera preferido tragarme cualquier asunto yo y no los demás. Quiero y estimo a cada hermana y hermano y aún a quienes me adversan. Dios sabe que no gozo con estas cosas. Ni me contenta la triste situación del hermano Ernesto Torres Parra o espada de dos filos y de Ministerideliberación ; pero cada uno sabe en su corazón cada cosa. Veo a Mónica como si fuera mi hija y no quisiera que se retirara. Ciertamente pensamos distinto pero ...¡Dios mío ¿no vamos para un mismo cielo?. Bien vale la pena respirar hondo y hablar y perdonar y aunque sea virtualmente, abrazarnos y hasta llorar y ¡Por Dios! seguir adelante sin decir más nada que lo que se escriba en el foro y sabiamente como dijo la hermana Dilia :
"Cuando Monica se despidio, cuando yo me despedi, el Espiritu Santo me mostro que de esa forma estabamos permitiendo que lo que el enemigo habia venido a sembrar aqui, habia estado dando resultado, y no debemos dejarnos vencer, un reino dividido en si mismo no prospera.
Por eso no me voy, sea poco o mucho lo que pueda aportar, edifique mucho o no edifique, por algo estamos aqui y voy a hacer lo posible para que el proposito de Dios sea cumplido."
Pensemos, respiremos hondo y ¡Adelante!
Estoy abierto a la reconciliación y a la mediación
Dios les guarde
¡¡Wow¡¡ senti estas palabras muy profundamente en mi corazon, brinco de gusto y gozo.
Vuelvo a refrendar lo ya expresado, no me voy, hasta ver cumplido aqui el proposito por el cual Dios permitio que esta "cabaña" naciera.
Viene a mi la parabola del hijo prodigo:
Parábola del hijo pródigo 11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;
12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.
13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.
15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.
16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
17
Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;
26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.
28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.
29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.
30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.
31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
Seamos sabios, como el hijo prodigo, volvamos en si y sigamos sembrando la buena semilla, recordemos tambien que junto al trigo, siempre crecerá cizaña.
Bendiciones mil¡¡