Hace un mes o más mi hermana de sangre se cayó de unas escaleras. Se fracturó un dedo gordo de un pie y me llamó para que la llevara a una clínica. No estaba mal golpeada, sólo el dedo.
Ella no tenía dinero y yo tenía los aguinaldos, lo que pensé fue que me podía quedar sin navidad, sin estrenos y esas cosas de vanidad que aprovechamos y disfrutamos en este tiempo. Clamé a Dios y Él obró pero de qué maravilla...
Cuando entramos a la clínica un doctor vio el dedo con una placa previa que mi hermana tenía hecha y dijo que había que operarla. Le preguntó si tenía seguro -no- y luego buscó a un traumatólogo.
Empecé a declarar que no la tenían que operar y a reprender ese espíritu de enriquecimiento a través de la enfermedad que está sobre tantas clínicas y farmacéuticas, y cuando llegó el traumatólogo dijo que no había que operarla, que 2mm más abajo y si hubiese necesidad. Le pusieron una venda, le mandaron unos remedios y le dieron 21 días de reposo. No nos cobraron NADA.
Salí de allí impresionado de que una clínica nos hubiera atendido y no nos hubiera cobrado, pero súper agradecido con Dios de que no hubiese necesidad de operarla, pues un quirófano en una clínica sale demasiado caro, y los hospitales públicos son...
Luego en el camino perdimos el recipe con los remedios y no pudimos comprarlos. Mi hermana estuvo dos semanas de reposo y luego empezó a caminar porque otro doctor, de la familia, le dijo que empezara a afincar el pie. Y ya camina normal. Tuve una visión por ese tiempo del Señor Jesús pintándole el dedo gordo del pie con pintura de uña roja, pensé que ese era el sacrificio de mi Señor Jesús pagando el precio por su sanidad.
Mi mamá tenía una bola en el vientre que pensaba era una hernia. Después de convencerla de que no fuera al médico (pues a mi papá lo operaron de una hernia así, pero él tenía seguro, mi mamá no). porque Dios la sanaría, aceptó y así fue. No tiene nada. Hace unos días me dijo que tenía semanas con un ardor en la apéndice, oré y el Señor se lo quitó. También le dije que empezara a orar por los alimentos antes de ingerirlos porque tuve problemas estomacales una época y recibí del Señor que esa era la causa, que no oraba antes de comer.
Y una tía que tenía un bocio, es decir un problema en la tiroides que hacía que se le hinchara el cuello, ella es cristiana y oramos por su salud, se le quitó y ya tiene el cuello normal.
Y ayer, una estéril por la que oré porque han sido buenos vecinos, y que tenían 12 años buscando un bebé, dio a luz una hija sana.
Dios has sido bueno! Toda la gloria sea a ti.