Batallando las batallas del Cordero

Hoy celebro las victorias que el Señor Jesús me ha dado. Comentaré esto aquí y no en testimonios porque tiene un mensaje sobre el asunto profético de "Guerra Espiritual"

Primera batalla:

Hace un año aproximadamente entré a trabajar en una empresa bajo una visión de Dios en que el sindicato cristiano que Dios levantaría evitaría el soborno y las trampas a que estaban acostumbrados, y la empresa sería transformada por el evangelio dando ejemplo a las demás empresas de todo el país y sucursales de ésta en el extranjero de que la comunión con Dios es la que trae la justicia y el bien.


Pues hay un problema grave a la hora de que un cristiano decide ser gobernante: El príncipe de este mundo. Satanás emplea al sistema llamado "Babilonia" y a sus hijas para mantener cautivas a las naciones. La realidad es que los reinos y gobiernos democráticos o dictatoriales de la tierra están envueltos en actividad satánica de hechicería, catolicismo vaticano (donde se practica el verdadero poder político de la iglesia católica), masonería y demás.

Dice la palabra de Dios:

Ap 18:23 porque tus mercaderes
eran los grandes de la tierra
y por tus hechicerías fueron
engañadas todas las naciones.


Ahora, Jesucristo triunfó en la cruz sobre todo principado y potestad, y le fue entregado del Padre toda potestad en los cielos y en la tierra. Así que esta fue la palabra que Dios me dio para interceder en el momento justo.

Todo pasó así: Una vez le dije a mis hermanos en la célula cristiana de la empresa que ya se me iba a terminar el contrato, así que esperaba que la gerencia me recontrara pero como ingeniero y no como pasante (entrenante); luego les hablé de una visión referente al plan de Dios para la empresa y terminó la reunión. Un hermano con quien no hablaba mucho se me acercó y me dijo que estando en la iglesia orando, Dios le dijo algo o le mostró algo no recuerdo qué me dijo pero que formado el sindicato, ellos me ayudarían a conseguir trabajo allí. Yo juzgué mal al hermano porque las elecciones eran dentro de muchos meses (fueron esta semana) y yo pensaba que mi trabajo se arreglaría pronto, y le di las gracias por sus intenciones y olvidé el asunto.

Pasaron 6 meses y la empresa no me recontrató hasta ahora. Pero dos cristianos formaron una plancha sindical y se inscribieron en las elecciones; el día en que eran las votaciones los llamé por teléfono y me dijeron que estaban perdiendo. Me temblaron las piernas y me encerré a orar al Señor para que me mostrara o dijera qué estaba Él haciendo.

Recordé este sueño:

Estaba en el palacio real de Suiza, junto con un hermano de sangre, ambos éramos príncipes herederos del trono, pero la Reina de Suiza nos tenía encerrados y nos perseguía para matarnos. Al parecer le hizo algo a mi hermano y al final nos escondimos detrás de un estante grande; pero entonces no sé de dónde saqué coraje y fui hacia ella y le caí a patadas a la gorda esa, tanto que cuando fui de nuevo a matarla, me dijo que la dejara en paz, que se rendía, sacó unas llaves y abrió la puerta del palacio liberándonos. Cuando salimos, la policía entró al palacio a matar a la Reina. El heredero al trono sería mi hermano, y lo estaban entrevistando, yo me fui a alejar de la escena discretamente pero mi hermano me llamó y me paré a su lado.

Yo sabía que esta "Reina de Suiza" era una hija de Babilonia, el sistema satánico que gobierna el mundo revelándose contra Dios y persiguiendo a Su pueblo; en el proceso de creación del sindicato, el hermano encargado de los trámites fue despedido y era buen trabajador, si no fuera porque Dios obró y su esposa salió embarazada (tenían problemas de fertilidad y fue una sorpresa), no lo hubiesen reenganchado (por ley). Eso lo hizo el sindicato que gobernaba como represalia.

Volviendo al día de las elecciones, me encontré que debía orar pidiéndole al Padre que cayera esta potestad, que Él había vencido a toda potestad en la cruz, que permitiera que Su plan se cumpliera hoy y mis hermanos ganaran en el sindicato. Finalmente me hallé batallando en intercesión.

Lo que pasó fue, que los líderes cristianos perdieron, pero un cristiano, el hermano que me dijo sobre lo que Dios le había dicho/mostrado hace meses sobre mi trabajo, quedó dentro del sindicato, el otro sindicato ganó casi todos los puestos, y este hermano es uno que ni estaba acostumbrado a la idea porque "lo inscribieron" cuando un participante se había retirado a último momento. Este mismo hermano cuando ganó, yo le escribí felicitándolo y pensé apartarme como en el sueño, pero él me llamó y nos reunimos en la iglesia y me apartó un puesto al lado de él y su esposa. Además me preguntó por mi trabajo y me enteré que en Enero iban a introducir nuevo personal y él me podría ayudar a entrar; aproveché y le di alguna palabra referente a cuidarse del soborno y todo tipo de cosas según el libro de Daniel.

Ahora, conozco que la "Reina de Suiza" es la potestad que gobernaba el sindicato antiguo, Suiza es un país donde las personas con mucho dinero depositan y hacen transacciones oscuras y no hay registro público de quién mete o saca qué; es un lugar donde hay corrupción, todos lo saben pero muy pocos parecen estar interesados en demandarles transparencia. Esta misma referencia me dio este hermano sobre el sindicato y pude entender el sueño completo.

Segunda Batalla


La verdad esta ha sido la batalla más cruel que he vivido, hubo muchos peligros y no siempre obedecí al Señor quien me indicaba el camino a seguir.

Un día el Señor me mostró una gran potestad maligna en mi iglesia, uno de sus poderes era ministrar a través del rock. De pronto agregaron a 3 personas a la dirección de la alabanza y durante dos semanas tocaron rock pesado y hasta casi heavy metal, qué asco sentía, toda la iglesia brincando y moviéndose al ritmo de la música satánica.

El Señor me mostró cómo combatir a esta potestad mediante la intercesión en mi casa y en el lugar, además de reprenderles, tuve que orar para que los satanistas inflitrados en la iglesia no pudieran invocar demonios contra la congregación, deshacer pactos con sangre declarando la sangre de Cristo que limpia toda maldición y deshace todo pacto maligno...

Pero como consecuencia de ser un enemigo de esta potestad, un grupo de brujos me pusieron en la mira y se pusieron a trabajar en sus asuntos...

Padecí de enfermedad por varios días por no escuchar la voz del Señor cuando me mandó a ayunar, mi mamá se enfermó de tal manera que hasta lloraba del dolor y un día un espíritu de muerte le causó que se le hinchara la lengua como si estuviera intoxicada. Una noche mientras estábamos siendo el blanco de ataques satánicos, el Espíritu Santo o alguien golpeó mi cama para despabilarme (estaba medio dormido, medio despierto) y sentí del Señor que debía orar toda la noche en vela, pero sólo oré una media hora más y me acosté a dormir... Eso trajo consecuencias y finalmente este cuadro de problemas me impidieron ir a la iglesia por ¡3 semanas!

Ya había sido avisado que a la hora de batallar, Satanás trataría de impedir que yo fuera a la iglesia. Pero además nadie quiso orar por mí, traté de ser muy discreto de no explicar con todo el detalle lo que sabía sobre lo que estaba pasando, pero a quienes les dije no quisieron orar por mí, me dieron excusas hasta antibíblicas como que "ya no se ora por sanidad".

Y para colmo un día metí la pata, en cuanto a la palabra de Dios negué en una conversación que nosotros habíamos vencido al diablo (cuando la palabra dice que SI) y luego me volví a enfermar, el Señor me mostró que mi escudo de fe estaba fuertemente debilitado por falta de palabra de Dios, y supe que fue ese descuido de haber pronunciado semejante barbaridad.


Después de un mes y medio de dura batalla diaria en que casi cada 3 o 4 horas el Espíritu Santo me animaba a orar, (y si no lo hacía ay de mi!) un día el Señor me mostró en visión a mi iglesia limpia y blanca. Pero no fue sino hoy cuando después de varios servicios, pude notar que el cambio era efectivo, el Señor liberó a mi iglesia de esa potestad satánica y tuvimos un servicio de alabanza y una prédica sobre la santidad increibles, la presencia del Señor me visitó durante casi una hora, sentía gozo increíble, en un momento mis ojos estaban abiertos y veía a las personas alrededor cantando o con sus manos alzadas, pero yo sentía en mi espíritu una alegría como si estuviese delante del Señor en Su gloria gozándome porque había acabado este mundo y le estábamos alabando para siempre por la eternidad. En realidad fue una ministración de gozo que nunca había sentido, el Espíritu Santo me mostró cómo derramaba Su fuego santo en cantidades enormes sobre la Iglesia para la purificación de nuestras vidas, y la alabanza durante dos semanas ya ha estado libre de ese ritmo satánico.

¡Alabado sea Dios!

Celebro la victoria del Señor

Aunque esta última batalla fue larga y muy dura para mi y mi familia, Dios me dio una revelación mayor de Su amor y bondad, además de Su poder.

Antes que a mi mamá se le hinchara la lengua, el Señor me mostró un espíritu de muerte, cuando se levantó y no hablaba bien, llamé a una médico (porque mi mamá quiso no yo...) y me dijo que la sacara corriendo al hospital que se podía asfixiar porque era una intoxicación. Entonces me paré en otra habitación, señalé hacia más o menos donde estaba ella y até al espíritu de muerte y cuando llegamos al hospital y la pudieron atender, ¡Ya no tenía nada hinchado! Los médicos no pudieron darle un diagnóstico claro, se supone que fue una intoxicación por un remedio automedicado por tiempo prolongado, pero sin embargo y a pesar que no supieron qué había tenido, le mandaron ¡Más de 50 pastillas! Y de paso la inyectaron... Dios!


El Señor también ministró a mi tía quien tenía la tensión muy alta y temblaban sus piernas y manos además de sentirse ansiosa y débil, pero ella fue sabia y me dijo: Vamos a orar. Cuando oraba le pedí al Señor que abriera sus ojos para que recibiera por fe la sanidad que Él había comprado en la cruz, cuando terminamos de orar mi tía no le temblaba nada y me dijo que había sentido la presencia del Espíritu Santo, a los 5 o 10 minutos le tomamos la tensión y la tenía perfecta. Su cuerpo si tardó hasta la mañana siguiente en recuperar sus fuerzas, pero no hubo necesidad de volver a correr a un hospital.

Todo esto está ligado a esa batalla, unos días antes que todo empezara por dirección del Señor les dije a mi mamá y a mi tía que había que ungir la casa con aceite en el nombre de Jesús, mi tía y yo lo hicimos en las puertas y ventanas. Cuando sólo nos quedaba un cuarto, al entrar (estaba la puerta cerrada) vimos la cortina tirada en el suelo como si un fuerte ventarrón la hubiese arrojado (minutos antes había estado allí y la cortina estaba bien, no era un día de ventarrones ni nada), suponemos que por allí salieron los demonios.


Lo malo es que al principio no sabía qué consecuencias habría al enfrentarme a esas potestades, pues sabía que Satanás pediría al Padre zarandearme, me dio duro y a mi mamá otra vez la quería muerta (y al parecer a mi tía también), pero el Señor a pesar de mis accidentes de guerra me guió con calma (calma que desespera a veces) para que fuera aprendiendo a escuchar Su voz y a conocer las armas que Él nos ha dado para ser buenos soldados de Cristo.

Y hace poco celebré, aunque yo solo, la cena del Señor, me hice un pan sin levadura y bebí el vino porque el Señor me dirigió a hacer esto; la verdad no sé por qué se ha perdido este mandato en muchas iglesias, pero la sanidad del Señor juega un papel importante en esta cena.

No sólo por la liberación de la iglesia, y porque los ojos de los líderes fueron abiertos y pudieron echar esa música de la alabanza, sino por la comunión que tuve con el Espíritu Santo, creo que ha sido la más difícil pero la mejor experiencia, y el gozo supera con creces la aflicción.




¡Celebro la victoria del Señor Jesús!