Dolorosa es la realidad, más en todo el trasfondo de esto, siento una alegría en mi corazón al ver que la venida de nuestro Señor está cerca, ya los montes aclaman su nombre, las aguas tranquilas reflejan su rostro, ya los cielos anuncian que se acerca el gran día, los ángeles se apresuran a colocar los últimos detalles en la mesa, pues se acerca la gran cena donde estaremos junto a EL, ya las trompetas suenan llamando a la santidad, ya los amaneceres son como la aguja del segundero moviendose irreductible hasta el punto que marcará la hora exacta cuando El Hijo Del Dios Altísimo vendrá en los cielos y seremos llamados a su presencia, por que nuestro espíritu nos da testimonio de que el tiempo se acerca, pues ha renacido esa hambre por llevar la palabra a todas las naciones, ha vuelto la misericordia al corazón de muchos que ahora llevan las buenas nuevas de gran gozo a sus semejantes.
Si, es cierto, sufrimos violencia, nos ahogamos en la sangre de muchos inocentes.
Si, es cierto, vivimos con temor, encarcelados en nuestros propios hogares
Si, es cierto, llamamos libertad al miedo de que algo nos pase
Si, es cierto, que oimos de guerras y rumores de guerras
Si, es cierto, que hasta somos perseguidos por causa de su nombre
Si, es cierto, que lloramos con amargura por los tiempos que vivimos
Pero también es cierto que en medio del dolor y la prueba tenemos un refugio
Pero también es cierto que en medio de la angustia tenemos una torre fuerte
Pero también es cierto que en medio de la aflicción renovamos nuestras fuerzas
por que sabemos en quien confiamos, por que sabemos que la misericordia de Aquel que todo lo creó es nueva cada día, Estad atentos, muchos ya suenan trompeta pues su día está cercano, haced sonar los shofares pues el día alegre vendrá, sacad los panderos y las harpas, los salterios y los tambores, pues de cierto os digo que pronto los usaremos para celebrar en las bodas del Cordero, llenad las lámparas de aceite y velad sin descansar, sed atalayas en la noche pues el cielo está oscuro pero falta poco para el gran amanecer, para aquel gran día donde estaremos delante de su trono, gritando a viva voz, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, SANTO, y de continuo le veremos y le adoraremos y nos postraremos ante EL, y admiraremos su grandeza, y veremos el brillo de su gloria, y diremos DIGNO, DIGNO, DIGNO, DIGNO, DIGNO, DIGNO, DIGNO, y levantaremos nuestra adoración juntamente con los ángeles, los querubines, los 24 ancianos, los seres vivientes y seremos una gran multitud delante de su trono con blancas vestiduras alzando nuestras manos declarando con nuestras bocas, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, como quisiera morir en este preciso instante que escribo esto para estar con mi amado, para estar frente a mi Señor, para estar adorando a mi creador por siempre, como deseo su presencia, como tengo hambre y sed de EL, como quiero que me llene, como quiero morir! para dejar de lado este cuerpo pecaminoso que me aleja de mi amado, de mi precioso Señor, que no me permite ver esos ojos calmos llenos de amor, que no me permite observar su gloria, que no me deja oir su voz, OH SEÑOR HAZ CORTO EL TIEMPO DE TU VENIDA, NO SOPORTO MÁS ESTE MUNDO LLENO DE PECADO QUE POR MOMENTOS PARECE CONSUMIRME DENTRO DE SU ROTACIÓN, OH MI AMADO TEN MISERICORDIA DE TU IGLESIA Y VEN POR NOSOTROS, ARREBATANOS PADRE, REY DE GLORIA! TE AMO, TE AMO, TE AMO.