Oremos: Señor. Te doy gracias por todo lo que hasta hoy nos has provisto. Eres bueno y justo y para siempre es tu misericordia (¡qué grandioso es esto!)
He estado en reuniones en las cuales he visto danzar a una persona en suave armonía y también con cierto ímpetu y regocijo y en ambas he sentido el orden de Dios. También he visto a otros girar sin control y en desorden, tropezando con objetos y con la gente a su alrededor y haciendo movimientos desproporcionados. Esto, desde luego, trae confusión conllevando al no converso a preguntarse: “¿qué es esto?” y comparando, quizás, con alguna sesión espiritista o de hipnosis en la que haya estado. Por su parte, el cristiano también se confunde, pero prefiere quedarse en silencio; es posible que se diga: “bueno, en Hechos 2: 12,13 ocurrió algo similar y todo era de Dios”.
Pues bien, lo importante es que no haya confusiones y que el creyente y el no creyente se hallen convencidos de que todo está bien. Entonces…¿qué hacer?. Fíjese en algo tan importante que es lo que ha hecho permanecer estas actuaciones confusas a lo largo del tiempo: 1º: la gente interpreta el no contristar el Espíritu haciendo este silogismo: si Dios está moviéndose en mí, entonces El quiere que sea de esta forma y no debo impedirlo. 2º: Tienen presentes, además, que: “lo que es locura a Dios, es cordura a los hombres”.
En la escritura no hay contradicciones en las directas instrucciones de Dios. Cuando alguna persona lee en la Biblia dos versiones sobre un asunto aparentemente encontrados u opuestos, muchas veces optan por quedarse con uno y descartar el otro cuando debiera buscarse la interpretación exacta en la que armonizan ambos enfoques, precisamente porque ninguna escritura es de interpretación particular; es decir, que se amolde a cualquier posición y no a la de Dios.
Así, pues, cuando Pablo dice: Dios no es Dios de desorden, luego de referirse a los modos de demostrar los dones en la congregación, entendemos que el Señor a través del apóstol, comienza a adoctrinar sobre lo que el Señor aspira sea su modelo de iglesia y cuando en Hechos 2: 12,13 ocurrió aquella manifestación del Espíritu fue porque era la primera vez. Es como cuando aparece un chorro de petróleo en un yacimiento: los especialistas no lo dejan correr al desborde, sino que lo encauzan, controlándolo para su buen uso. Asimismo puede entenderse cuando en alguien, por primera vez, aparece la manifestación de un “don”; al comienzo le sorprende, pero debe aprender a controlarlo, que es, precisamente lo que dice Pablo. ¡Ah y es el deber del Pastor o de quien dirija, aclarar ante todos lo que han visto, al tiempo que enseña cómo deben conducirse todas estas cosas a la luz de la Palabra.¡Qué interesante lo que dice Pablo, allí mismo en 1ª de Corintios 14:32 "y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas".Esto quiere decir que si alguien es realmente un profeta no necesita blanquear los ojos y vestirse de túnica blanca para profetizar, diciendo con voz altisonante: ¡¡¡¡Así dice el Señor!!!(tratando artificialmente de convencer). No. El puede tomar control de lo que siente y expresarlo con palabras de este siglo y a su estilo particular(Así dice el Señor). Con este ejemplo Pablo se dirige a cada poseedor de cualquier otro don; sea hablar en lenguas, sea danzar en el espíritu, etc.
Recuerdo una vez que invitamos a una joven que estudiaba con mi hija a la Iglesia y hubo una de estas manifestaciones. Ella se asustó. Al llegar a la casa, sin que ella preguntara, le expliqué lo que había visto haciéndole entender que era el cumplimiento de Hechos 2 y Joel 3:1. Pues su asombro se tornó favorable y me enteré luego que la joven pasó todo el día comentando en la universidad el privilegio de haber visto el mover del Espíritu Santo. Lo que hice fue dar cumplimiento a 1ª Corintios 14: 24,25; es decir profetizar (predicar con claridad de Dios para edificar).
Hoy día, en las iglesias, poco se hace para encauzar los dones bajo el control de Dios. Simplemente se instruye acerca de lo que son y se deja que fluyan con ligereza, no tomándose en cuenta que todo don de Dios, sean o no dones espirituales (porque todo don, proviene de Dios) deben adiestrarse para su buen uso. El canto, por ejemplo, no implica que una persona lo ejerza a “todo gañote”; hay técnicas que lo hacen más melodiosos (no medio-odiosos como suelen decir algunos músicos). Esto es que el apóstol califica como cánticos espirituales. ¿Lo ven?
Así pues hoy día, muchos no danzan: bailan (como en cualquier fiesta); no adoran, cantan (como en un teatro) . Recuerdo a un hermano que en mi estudio le dijo a otro al mostrarle su trabajo discográfico: “Tú eres un excelente artista; tienes que procurar ser un adorador”. Cuando la gente grita y silva desaforadamente ¿lo está haciendo por exaltar a Dios o por simple euforia cicunstancial?. En un 99% es así. Y esto desubica a quienes sí están ubicados. Es como cuando ud. escucha su música y al lado está sonando otra…y la música, la adoración, y toda manifestación del espíritu tienen algo en común: armonizan. Si no viene a ser como un instrumento en una orquesta, fuera de tono o ritmo.
Lo mismo pasa con el volumen de los equipos en muchísimas iglesias. A veces pareciera estar en una discoteca más que en un sitio de adoración. Fíjense en lo que dice la revista Computer music –que se supone incentive el alto volumen pues muchos de sus usuarios son rokeros- , en su sección 303 trucos de expertos concretamente en la parte Consejos generales sobre Producción (pag. 63 Nº 55) dice :
“solo tienes un par de oídos. Así que protégelos ¡Nunca monitorices (escuchar lo grabado) durante demasiado tiempo por encima de 85 db porque si lo haces podrías dañar tu sistema auditivo para siempre!. Para que te hagas una idea, 65 db es el nivel normal del habla humana” A menudo escucho en iglesias el sonido ¡por encima de 100 db! Y déjenme decirles que muchas veces no es porque los operadores lo quieran así es porque su capacidad auditiva ya ha mermado y los demás, están enfermando poco a poco y en otros casos se debe a mala ubicación de la cabina o lugar de monitoreo. Yo, que con cierta frecuencia estoy entre músicos de mucha experiencia (tengo un estudio de grabación de música cristiana) noto que un buen número de ellos (sobre todo los rockeros) hablan gritado y siempre me piden más volumen para monitorear…es simplemente porque sus capacidades han mermado. Cuando ellos se van y me pongo los audífonos...¡uuuuFFF me duelen los tímpanos! ¿Creen uds que los que escuchan a altos volúmenes la música en sus casas o en sus carros es porque les gusta así?. Pues. En un 70% es así y en el resto es porque ya no escuchan igual que otros y cada vez requieren de más. Hubiera querido que en muchas iglesias hubiesen leído un reportaje que sobre esto se escribió hace poco en el diario “El Impulso” advirtiendo sobre la sordera por culpa de la música a alto volumen.
¿Se ha advertido sobre esto a los pastores? En muchos casos sí. Lo que pasa es que 1º)se cree que a la gente le gusta más así (o,y)2º)o también los pastores van siendo afectados por el acomodo auditivo (sordera). Es bueno tener en cuenta que la amplificación del sonido es para compensar lo que a distancia no se escucha como se escucharía si se estuviese al lado de quienes tocan y cantan. Y está bien, por razones de alegría o de simple gusto, se puede aumentar el volumen (en algunos estilos de música) sin que alcance los límites nocivos
Concluyamos diciendo que en nuestro mundo pentecostal, muchas cosas son sanas, permitidas y válidas siempre y cuando se realicen con orden, sabiendo que son para Dios y para el deleite de los hombres en la alabanza ...Y como dicen muchos: Dios no es sordo.
Dios os guarde